En líneas generales, se entiende por atesoramiento la adquisición de moneda extranjera con el objeto de proteger al patrimonio contra la pérdida de valor derivada del fenómeno inflacionario, como así también para obtener un incremento de riqueza generada por las fluctuaciones de su cotización.
Cabe aclarar que, según el criterio expresado por la autoridad bancaria, encuadran dentro de dicha definición, entre otras operaciones, la adquisición de divisas para la formación de activos externos o la remisión de ayuda familiar al exterior.